sábado, 26 de noviembre de 2011

La Guerra de Sucesión Española

    La muerte de Carlos II sin descendencia provoca el estallido de la Guerra de Sucesión Española, que dura de 1701 a 1713, debido a las aspiraciones al trono español de dos candidatos: El borbón Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV) y el archiduque Carlos, de la familia de los Habsburgo y futuro emperador Carlos VI.

                                                 
El Archiduque Carlos
Felipe V

 Ambos aspirantes tenían los mismo derechos al trono español: tanto Luis XIV, abuelo de Felipe V, como Leopoldo I, padre del Archiduque estaban casados con hijas de Felipe IV (hermanas de Carlos II).Asimismo, ambos, Luis XIV y Leopoldo I eran hijos de hermanas de Felipe IV. ( Aquí árbol genealógico)

  Antecedentes:
Después de serie de intrigas en la corte protagonizadas por el Conde de Oropesa (proaustríaco) y el cardenal Portocarrero (profrancés) Carlos II declara en su último testamento que su heredero legítimo es Felipe de Anjou.
  Muy poco después otros países europeos (especialmente Inglaterra y Holanda) recelan del gran poder que significaría la unión de dos tan grandes potencias como eran Francia y la Monarquía Hispánica.

   La Guerra de Sucesión tuvo dos vertientes: una internacional, pues se convirtió en una guerra a nivel europeo: Francia y la Monarquía Hispánica enfrentadas con la Gran Alianza; y una nacional, ya que desde 1705 hay guerra civil (aunque no se declara como tal) entre Castilla y Navarra, que apoyan a Felipe V y gran parte de la Corona de Aragón, que apoya al Archiduque Carlos.

  Felipe de Anjou había sido coronado rey de España en 1701 y fue bien recibido, aunque unas declaraciones que había hecho Luis XIV, su abuelo, en las que decía que mantenía los derechos sucesorios de Felipe al trono de Francia (lo que supondría la unión en su persona de ambas coronas) y que al mismo tiempo tropas francesas (con consentimiento de las tropas españolas) ocuparan plazas para reforzar posiciones en los Países Bajos Españoles se entendió como una provocación que hizo reaccionar a otros países.

   Por esta razón en 1701 se formó la Gran Alianza de la Haya, firmada por Austria, Inglaterra, Holanda y Dinamarca; y a la que después se unirían Portugal, Prusia y Saboya. Cada uno de estos aliados pretendía una parte de la Corona Española.



La Guerra en Europa:
 Se puede decir  que fue en general desfavorable a los intereses de Luis XIV.

  La Gran Alianza declaró la Guerra, y en el 1701 comenzaron las primeras batallas: tropas austriacas atacan las posesiones españolas en el norte de Italia.

En gris, los territorios españoles en Italia en 1700 (no confundir con los Estados pontificios, en gris sólo ligeramente más oscuro)

  En 1703 el Archiduque Carlos se proclama, en Viena, rey de España, con el título de Carlos III. En 1704 tiene lugar la batalla de Höchstädt, en Baviera,  y que supuso una enorme derrota para Luis XIV: además de la gran pérdida de hombres (unos 30.000) impidió que fuera efectivo el sueño del Rey Sol de dominar Europa.
   En 1706, España deja de dominar, después de las batallas de Turín y Ramillies, el Milanesado y los Países Bajos. Como anécdota, de la deformación del título nobiliario de John Churchill, un general distinguido de la Gran Alianza en Ramillies, Duque de Malborough, proviene la popular canción "Mambrú se fue a la Guerra"
En 1708, una escuadra angloholandesa toma Cerdeña y Menorca, y este mismo año el Imperio Otomano reconquista Orán, aprovechando las complicadas circunstancias políticas.
   Debido a este panorama internacional, y a que cada vez sufre más desgaste, Luis XIV, en 1709 intenta iniciar gestiones de paz, aunque no llegan a buen término debido a las duras condiciones que se le exigen y ante las que no estaba dispuesto a ceder: debía, entre otras, negarle el trono francés a su nieto. Este mismo año el Papa del momento, Clemente XI, bajo la presión de Austria, reconoce al Archiduque como Rey de España, lo que supone la ruptura entre Felipe V y el Vaticano.


La guerra en España:

  El primer ataque angloholandés se produjo en julio de 1702 sobre el importante puerto de Cádiz, aunque sin demasiado éxito. Poco después, en septiembre, se atacó la flota española que volvía, cargada de plata, de las Indias en la Ría de Vigo.  Como dato anecdótico, esta batalla da nombre a una calle londinense  y ha generado una leyenda sobre el tesoro de plata que transportaba la flota: aunque se cree que la mayor parte de este cargamento se consiguió desembarcar a tiempo y poner a salvo en el Alcázar de Segovia, algunas empresas "cazatesoros" se han interesado en inspeccionar el fondo de la ría.

  La unión de Portugal y Saboya a la Gran Alianza en 1703 permite que Portugal se convierta en base para todas las operaciones que se van llevando a cabo hasta el final de la guerra, ya sean navales (desde el puerto de Lisboa) o para llevar la guerra con infantería hasta el interior de la península.

 En agosto de 1704 una escuadra angloholandesa al mando de Rooke y Allemond toma Gibraltar: Esta plaza estaba defendida apenas por 500 hombres. Puede decirse que la toma de Gibraltar por parte de Inglaterra (confirmada después en el Tratado de Utrecht de 1713) continúa siendo un tema de discusión en la actualidad.
Gibraltar en un grabado de la época. 

  En 1705 comienza lo que podemos denominar guerra civil, pues la Corona de Aragón se rebela contra Felipe V reconociendo como rey al pretendiente austriaco, mientras que Navarra y Castilla permanecen fieles a Felipe. Esto se puede explicar si tenemos en cuenta que en Archiduque promete mantener fueros y privilegios de este territorio frente a la mentalidad borbónica centralista de Felipe V. Tal vez se refleja aquí algo del carácter tradicionalmente antifrancés de la Corona de Aragón, enemiga de Francia desde el siglo XII, y más que tintes separatistas, miedo a la pérdida de privilegios.

  En 1706 el Archiduque toma Madrid, incluso posesión del Real Alcázar, anque termina retirándose. 
Es en 1707 cuando tiene lugar la batalla de Almansa (Albacete) en la que el Duque de Berwick (un inglés, hijo bastardo de Jacobo II, al servicio de Francia) derrota a las tropas inglesas, portuguesas, holandesas y alemanas al mando de Lord Galloway (un francés al servicio de Inglaterra).
   Esta batalla tuvo una gran importancia para Felipe V pues, aunque no fue totalmente decisiva, permite la ocupación de Valencia, de gran parte de Aragón (se toma Zaragoza) y Lérida por parte de las tropas borbónicas. Es en este momento cuando tiene lugar la supresión de fueros de Valencia y Aragón por medio de los decretos de Nueva Planta, como castigo.
La batalla de Almansa, óleo de José Balaca, actualmente en el congreso de los diputados de Madrid.

  Desde este momento el Archiduque Carlos va replegándose: en 1710 el general Stanhope sufre derrotas en Brihuega (Guadalajara) y un día después Starhemberg en Villaviciosa de Tajuña. Las tropas supervivientes se retiraron hasta Barcelona, prácticamente el único enclave en España que reconocía la autoridad del Archiduque Carlos.

   Pero es en Septiembre de 1711 cuando acontece algo decisivo: el Archiduque Carlos es nombrado emperador, pues su hermano José I, el primogénito, murió. Este hecho provoca que la Gran Alianza, cuyo interés era evitar la unión entre Francia y la Monarquía Hispánica, descubran que la posible victoria de Carlos repetría la unión de Austria con la Corona Española, como ocurriera con Carlos I, lo que era aún más nocivo para sus intereses.
  Por esta razón se iniciaron las negociaciones de Paz, que culminaron en 1712 con la renuncia de Felipe V ante las cortes de ses derechos al trono francés y de, asimismo, de los borbones franceses a la Corona Española.
   En marzo de 1713 España firma la paz con Inglaterra, a la que poco después se suman Holanda y Portugal, y en abril se firma el Tratado de Utrecht. Sólo en 1714, con el Tratado de Rastatt se pone fin a la guerra entre Francia y el Imperio.
    Sin embargo, la guerra continuó en Cataluña, hasta que en 1714, después de 9 meses de intentos de bloqueo marítimo y dos de duro asedio Barcelona se rinde y es ocupada. En 1715 se toma Palma de Mallorca y termina definitivamente la guerra, aunque hacía tiempo que se había firmado la paz.

  El asedio de Barcelona, según grabados españoles de la época.

   El Tratado de Utrecht, que puso fin a esta guerra supuso a España las siguientes pérdidas:
 En favor de Inglaterra, el "asiento de esclavos" en América, un navío "de permiso" de 500 toneladas para comerciar con la América española Gibraltar, y Menorca. En favor del Imperio Austríaco, los Países Bajos Españoles, Cerdeña, el Milanesado y Nápoles, y para Saboya, la isla de Sicilia.

  Pérdidas territoriales españolas tras Utrecht: En lila, territorios cedidos a Austria, en rojo, a Inglaterra y en naranja, a Saboya.

  Estas pérdidas y el intento de resarcirse serían una parte importante de la política posterior de Felipe V.


Fuentes principalmente utilizadas:

No hay comentarios:

Publicar un comentario