martes, 15 de noviembre de 2011

LA NOBLEZA EN EL ANTIGUO RÉGIMEN

La nobleza es uno de los tres estamentos antiguo régimen. Privilegiado por la ley, como el clero.
Tradicionalmente se podría llegar a él por dos caminos: por nacimiento –nobleza de sangre- o bien por ser ennoblecido por el rey para agradecer los servicios al Estado –nobleza de servicio-.
Ser noble traía consigo una serie de privilegios: derecho a elegir la mitad de los cargos de los municipios, preferencia en actos públicos frente a los plebeyos, derechos preferentes para ejercer la caza,  cárceles distintas, no poder sufrir ciertos tipos de castigos (como la horca, aunque el más importante de todos era la exención del pago de impuestos. (Aquí está presente la idea de división de la sociedad en la que cada estamento tiene una función: los nobles protegen al clero y al pueblo con las armas, el clero velaba por su salvación eterna con sus oraciones y el pueblo llano que trabajaba para mantenerlos).
En la jerarquía nobiliaria ocupan un lugar importante los Grandes de España. Esta distinción se realizó en 1520 (  Alba, Medinaceli, Medina Sidonia, Frías, Villena, Gandía, etc.) aunque en el siglo XVII otros títulos fueron recibiendo la grandeza. Todos ellos poseían grandes extensiones de tierras. Los grandes de España recibían el tratamiento de Primos del Rey y tenían el privilegio por ejemplo de “cubrirse” ante el rey y las damas Grandes de España de “tomar la almohada” es decir, sentarse en presencia de los reyes. Otros privilegios de los Grandes de España eran, por ejemplo, el de tener entrada libre en Palacio hasta la Galería de Retratos (dos habitaciones antes de la cámara del rey) el de ir a la guerra con la categoría mínima de Jefes y sueldo de Generales...




El siguiente escalón lo ocuparían los Duques, Infantes, Marqueses, Condes, Vizcondes, Barones… con tratamiento de parientes del rey; y, por debajo, los hidalgos, generalmente en ambientes rurales y con poca fortuna. A esta baja nobleza las tierras que poseyeran no siempre les daban las rentas necesarias para sobrevivir, pero debido a la prohibición y deshonra de“trabajar con las manos” llevaban una vida de apariencia buscando el prestigio social, aunque murieran de hambre (Un ejemplo conocido por todos es el caballero en El Lazarillo de Tormes)

EL MAYORAZGO era también una característica de la nobleza y consistía en que una serie de bienes se agrupaban de manera indisoluble y pasaban al heredero de la familia, normalmente el hijo mayor. Los hijos restantes sólo podían recibir los bienes “libres”. . Así se evitaba que el patrimonio de una casa noble se fuera dividiendo y dividiendo hasta desaparecer. Existía por tanto gran diferencia entre el primogénito y el resto de hijos, (conocidos como “segundones”) que solían hacer carrera eclesiástica o militar.

La nobleza más poderosa se concentraba generalmente en el centro y sur de España. (sólo en la franja cantábrica se encontraba la mitad del total de los hidalgos de España), aunque progresivamente la nobleza se hizo cortesana y fue el dinero el motor de ascenso: Los que se enriquecían y procedían del estado llano intentaban llegar a hidalgos. Los hidalgos, a caballeros, los caballeros, a títulos, y los títulos a grandes. Debido a la situación económica de la monarquía era relativamente fácil convertirse en noble: Felipe IV,por ejemplo creó 118 títulos, y Carlos II, 295.

La “nueva nobleza” solía poseer señoríos jurisdiccionales, es decir, que el rey no les otorgaba la tierra, sino el privilegio de gobernarlas y cobrar rentas e impuestos. Los títulos nobiliarios tienen, en su mayor parte, carácter hereditario. La sucesión recae en el hijo o hija primogénito del anterior poseedor y su uso se extiende a los consortes legítimos y a los cónyuges viudos mientras no contraigan nuevas nupcias.
Como curiosidad, en 2009 existían en España 2874 títulos nobiliarios en posesión de 2205 personas, 400 de ellas con el título de Grandes de España.

Los títulos nobiliarios fueron abolidos legalmente durante la II república en la Constitución de 1931, aunque se restauraron con la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado en 1947.

Actualmente el rey puede otorgar títulos nobiliarios: así, Camilo José Cela posee el Marquesado de Iria Flavia, y Mario Vargas Llosa posee el Marquesado de Vargas Llosa.



Camilo José Cela y Mario Vargas Llosa

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